Se iniciaba el día, con el despertador en mis sueños, marcaban las 6:32 a.m. una canción duranguense me levanta el ánimos, y por los siguientes cinco minutos esa canción se apoderaba de mi lengua y de mis pensamientos.
Encendí la luz, tome una taza y puse a hervir agua y llenarme de cafeína.
Tardo unos 8 minutos en hervir el agua, y me serví 4 cucharadas de cafeína con un poco de café.
Me senté, viendo el amanecer desde mi cocina, pasaban las 6:50 a.m. y decidí despertarme con agua fría sobre mi rostro. Lave mis dientes para dar rienda suelta a mi arreglo personal. No tarde mas de diez minutos y ya estaba listo para mi examen.
Partí dando las 7:15 a.m. ya que mi examen tenia cita a las 8:00 a.m.
Saliendo de mi casa, me dice una persona allegada a mi (mi tía) vamos persignate para que Diosito te cuide, le dije no, a lo que me dice ¿por que no? le dije por que no me gusta que me presionen sobre la existencia de Jesucristo, -a mi parecer, no creo que alguien deba saber si creo o no en un Dios, si me persigno, si me echo la bendición a cada mañana, al menos así me lo enseñaron-.
Partimos en un clima fresco, a lo que yo esperaba, una mañana sofocante y tediosa por el trafico de la calzada cuauhtemoc. Al fin llegamos y varios jóvenes ya esperaban afuera de las instalaciones buscando un lugar en la concurrida universidad.
Me sentía solo, respaldado a un barandal que ya figuraba en la edad de no tener nada que aportar a estudiante en estado de rebeldía. De repente sentí, que el café, al haber sido tan espeso y solo haber desayunado solo eso, me hacia efecto en mi tracto digestivo, así que tenia que recurrir al baño. - Gracias a Dios estaban limpios y en buenas condiciones -
Pasaban las horas y mi estomago pedía comida.
El examen concluyo en paz, y yo me retire a mi casa a comerme un caldo de pollo, para levantar cualquier animo.
De tarde me pase al cine a ver la película de Up, con mi hermano, y mi amada.
De noche me di una buena entrada con unos tacos de adobada. Recibí una llamada, que me hacia creer que iba a ver un poco de alcohol en mi sangre, pero solo eran deseos. Mas tarde no se supo nada de la Corona ni de la Victoria y me quede con la pena, de quedarme solo un viernes.
Encendí la luz, tome una taza y puse a hervir agua y llenarme de cafeína.
Tardo unos 8 minutos en hervir el agua, y me serví 4 cucharadas de cafeína con un poco de café.
Me senté, viendo el amanecer desde mi cocina, pasaban las 6:50 a.m. y decidí despertarme con agua fría sobre mi rostro. Lave mis dientes para dar rienda suelta a mi arreglo personal. No tarde mas de diez minutos y ya estaba listo para mi examen.
Partí dando las 7:15 a.m. ya que mi examen tenia cita a las 8:00 a.m.
Saliendo de mi casa, me dice una persona allegada a mi (mi tía) vamos persignate para que Diosito te cuide, le dije no, a lo que me dice ¿por que no? le dije por que no me gusta que me presionen sobre la existencia de Jesucristo, -a mi parecer, no creo que alguien deba saber si creo o no en un Dios, si me persigno, si me echo la bendición a cada mañana, al menos así me lo enseñaron-.
Partimos en un clima fresco, a lo que yo esperaba, una mañana sofocante y tediosa por el trafico de la calzada cuauhtemoc. Al fin llegamos y varios jóvenes ya esperaban afuera de las instalaciones buscando un lugar en la concurrida universidad.
Me sentía solo, respaldado a un barandal que ya figuraba en la edad de no tener nada que aportar a estudiante en estado de rebeldía. De repente sentí, que el café, al haber sido tan espeso y solo haber desayunado solo eso, me hacia efecto en mi tracto digestivo, así que tenia que recurrir al baño. - Gracias a Dios estaban limpios y en buenas condiciones -
Recibí un mensaje inspirador, que me lleno de alegría, las cosas me sonrían de una manera esplendida. Un abrazo de la felicidad.
Pasaban las horas y mi estomago pedía comida.
El examen concluyo en paz, y yo me retire a mi casa a comerme un caldo de pollo, para levantar cualquier animo.
De tarde me pase al cine a ver la película de Up, con mi hermano, y mi amada.
De noche me di una buena entrada con unos tacos de adobada. Recibí una llamada, que me hacia creer que iba a ver un poco de alcohol en mi sangre, pero solo eran deseos. Mas tarde no se supo nada de la Corona ni de la Victoria y me quede con la pena, de quedarme solo un viernes.
Tenia ganas de un buen cigarro y unas cervezas bien frías, pero llegara el día que recobrare mi venganza. No terrible, pero si saciable.
Mientras ustedes bailan, yo guardo por ustedes desde mi azotea. Disfruten esa cerveza, se que no se acaba hoy, yo mañana puedo beber.
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