miércoles, 20 de abril de 2011

Aqui Te Espero





Días, aquellos en los que despiertas sin saber que esperar, esperas mucho obtienes poco, esperas nada y obtienes un manantial de buenos cumplidos.

Ansiaba subir a un taxi y que el encargado de transportarme me tuviera la confianza o tal vez el tuviera el animo de platicar alguna anécdota durante el trayecto, lo cual ocurrió.

Atos como de costumbre, fabricado por la Hyundai y que va poblando poco a poco México.

Un tipo de aproximadamente unos veintiocho años, vestía tenis Nike para basquetbolista sin calcetones, short amplios, su barba parecia no haber tenido acto carnal con el rastrillo, impaciente porque el semáforo diera el banderazo inicial que cuesta $8.00 pesos y que cada dos cientos metros cuesta $.80 centavos.

Pasarían unas dos cuadras aproximadamente cuanto me hace una pregunta. -¿Oiga camarada y usted trae muchas morras, no? - Le contesto con una extrañeza un ¿Por que? A lo que contesta - No nada mas. Siguio callado, tal vez formulando otra pregunta en su mente, y cuidando que algún cafre de los autobuses urbanos no fuera a estamparnos y dejarnos prensado por ahi en un poste de luz.

Un par de jovencitas caminaba sobre la acera de la derecha, y con eso a la mente del taxista se le vino un cuestionamiento.
- Oiga camarada, ahora las morritas se graban cochando, les gusta que las vean,
le contesto
- Así es, por ahí tengo una conocida que las malas lenguas dicen que tiene su vídeo porno de cuando era preparatoriana
Taxista - No me diga, y se ve que se la estaban cochando o ¿como?
Yo - No lo se, jamas vi ese vídeo, pero al parecer se ve claramente, donde le están dando con todo.
Taxista - Nombre, si ya están bien cabronas.

Siguió sorprendido pronunciando muchas veces la palabra "nombre" para después continuar con esto:

Si, ahorita el goey que me arregla el taximetro me enseño un vídeo donde estaba con una morrilla, acá el wei la tenia sacándole las chichis, luego la morra se bajo a tomar agua, atras de un taxi, luego se encueran y se van para adelante y ahí estaba el pinche maniático cochandosela y grabándose, no compa, usted no vaya a hacer eso.

Fijese camarada, un día iba yo por una bato a recogerlo todas las mañanas a su casa para llevarlo a su trabajo, todos los días, y un día la esposa del bato me hablo al celular, me pregunto que a donde había llevado a su esposo, yo le conteste que al trabajo, pero la vieja no paro ahí, me pregunto que si tenia novia, le conteste que no, después me pregunto que si esta chiludo, no compa, me saque de onda gachote, le dije a ver, a ver esperate como para que quieres saber eso, y me contesto con otra pregunta me dijo ¿te gusta que te la mamen? le dije que si, que si me gustaba que me la mamaran. Me ofreció ir a su casa, que estaba sola. Pensé en ir pero el goey que recogía me daba cosa hacerle eso, a veces había días que decia bueno, chingue su madre voy a ir a darle fierro, pero después ya no podía hacerlo, ya hasta que un día ya no fui por el.

Yo ya había llegado a mi destino antes de que el taxista terminara de contar su historia, pague y me retire.