domingo, 5 de julio de 2009

De Narcos, Cuernos de Chivo y Un Medico


Platicas de gruesa calidad, se suscitaban con mi progenitor. Las calles donde suelo acompañarlo y manejar a su lado, me llevan a obtener madurez recolectada de toda su vida, historias y anécdotas de su vida. Aquí una en especial.

Manejaba un camioneta de motor Triton 4.7 litros, en cuanto a la platica emergía por si sola, no recuerdo como, pero se inicio, marcada por las drogas y los narcos de hace varios años. Mi padre de profesión Medica, tiene en su haber miles de anécdotas.

En un pueblo ubicado a 130 kilómetros de la ciudad de Torreón Coahuila sobre la carretera que conecta a Torreón con Chihuahua Chihuahua, es donde estos hechos tienen validez y efecto.

Me relata mi padre: Yo estaba en mi negocio (una farmacia) y de repente llega un hombre acelerado, impaciente. Yo me trate de tranquilizar pero ver a alguna persona así te contagia su adrenalina, era José Levario narco de la región muy bien conocido en la ciudad de Parral Chihuahua y pueblo vecinos. Me traía a su hermano intoxicado por estar inhalando cocaína. Los recibí en mi consultorio, ya el paciente venia suelto, no sabia donde estaba, no estaba nada bien.

José Levario en un intento desesperado de que yo le diera algún medicamento para desintoxicarlo, que hiciera todo lo posible, saco una paca de dolares de dominación cien, se saco la pistola, y algunas joyas, para que yo lo atendiera de primera clase. Pero ¿yo? yo no podía hacer nada. Estaba totalmente intoxicado.

El estaba desesperado, le ofrecí llevarlo a una clínica de rehabilitacion en Torreón Coahuila, accedió. Llame a mi compañero para decirle que le mandaba un paciente cocainomano que necesitaba atención urgente, le explique a que se dedican tales personas, el asintió a que no había ningún problema (había muy buena paga de por medio, dolares). Se fueron directo a citada ciudad, y después de unos días Jose Levario estaba muy agradecido conmigo por que le salve la vida a su hermano.

A eso me dedico.


Tiempo después Jose Levario y sus allegados visitaban mi farmacia en busca de medicinas, perfumeria y dulces. El traía a su esposa, de aspecto formal y de buen vestir, en sus manos cargaba un niño, pero envuelto en una cobija, claro hacia tiempo de frió.

Siempre hubo visitas así, compraban de todo pero para el bebe nunca pedían nada, ya hubiera sido pañales o alguna medicina prescrita para el bebe, no, nunca.

Tiempo después descubrí con mis conocidos que ese "bebe" no era un bebe. Mis familiares me dijeron que tenían un Ak-47 (cuerno de chivo) escondido entre las cobijitas del bebe, para estar preparados para un enfrentamiento.

Vaya forma de esconder un arma.




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2 comentarios:

el biscocho sexy dijo...

cherryson cherryson we,
me agrado

TRE dijo...

el ingenio mexicano aplica para todo
cherry
pero el vehiculo era Triton 4.7 litros
jaja