lunes, 11 de mayo de 2009

Mexicano Trabajador y Espiritual

Cierto sábado, a mi familia se le antojaron unas hamburguesas, yo accedí a llevarlos para saciar nuestro repentino antojo, y nos conducimos por unas cuantas cuadras, a las "hamburguesas", para cuando nos bajamos descubrir que solo vendían carne asada y sirloin. No se me antojo en lo absoluto, pero ¿que estaba yo pensando? Era carne asada. Wow, y doblemente wow. No, no quería algo de ese calibre, así que nos dieron la idea de ir por unos tacos a la "Taqueria Joya". Maneje unos 2 kilómetros a lo mucho, para luego bajarnos nuevamente a pedir los suculentos tacos. Pedimos tres ordenes de suadero y las mismas de adobada.
Nos sentamos, volteo a la television en una mirada tranquila y algo cansada. La película gladiador se tornaba sabrosa, puesto que estaba en los momentos donde Maximo mata a El Cesar.
El señor de una estatura inferior a la normal de un Mexicano, aviso en voz alta que nuestra orden se encontraba lista, para comerse en casa. Así fue, se nos entregaron los tacos y al se le pagaron.
En ese momento el señor, recibió el billete de doscientos pesos, para persignarse con el y elevar la vista al cielo dando las gracias al Santísimo, en señal de honor por concederle trabajo.
Ese momento fue emotivo para mi, ya lo había presenciado algunas veces atrás, pero nunca tan efusiva como se me presento aquel sábado.

El Mexicano común y corriente es un ser extraordinario.






1 comentario:

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