Recuerdo aquel viernes, soleado, recuerdo que, pasó un taxi enfrente de mí, voltea a verme y sale disparado sin siquiera decir nada, se mete a una gasolinera, y sale para después a recogerme. Subo al taxi, un señor obeso, pero feliz de la vida, seguimos rumbo a donde siempre. (Lugar Divino). Después de unos cuantos metros o tal vez, después de dos kilómetros, el taxi comenta, "ándale cabron, después le cuentas los pelos a tu vieja", refiriéndose a un tipo en su camioneta que le acariciaba el pelo a su novia o a su esposa. Tras decir estas palabras, recordó su juventud en ciudad Juárez, Chihuahua.
Y me dice, como aquellos días que íbamos a un bar, ahí, ahí siempre nos juntábamos y pues a un compa, le gustaba una vieja que trabajaba ahí, y pues la verdad el cabron, se la quería coger. Ahí andaba tras de la vieja, y un día la vieja le dijo, es más me coges, si me cuentas los pelos de la panocha. Y ahí estaba el cabron, contándole los pelos, hasta que pues no pudo, porque pues no se pudo. Pero después, termino queriendo lo que quería.
Yo solo me reí nerviosamente, otra vez, un taxista con sus intimidades, pero eso era todavía ligero. Algunos metros avanzamos y me pregunta, oye y tu carnal a los cuantos años.... Dios. No podía ser, ¿de verdad le interesaba mi vida sexual?
No le conteste. Y claramente lo mande a chingar a su madre. Pero él no se detuvo ahí.
Siguió contando sus historias sexuales, mi dios.
Me dice, carnal yo a los once años yo ya andaba metiendo el chicotillo, y a los diecisiete años yo ya estaba casado, pues ya había embarazado a una vieja.
Después ya casi llegando a mi destino, me pregunta ¿oye apoco de veras, nunca has ido a esos masajes, o a algún table? le contesto no señor.
Y de repente saca que, el había estado contagiado de gonorrea.
Entonces que le doy el dinero , casi aventado y que salgo en chinga.
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